Hay máquinas de escribir que,
puestas en marcha, adquieren un ritmo imparable. Las cintas que perforan multiplican planos de existencia, abren grietas en la repetición de los discursos. Como un
pensamiento circular, esas máquinas críticas no cesan de interrogar diferentes aristas del presente
sin detenerse en las fronteras disciplinarias que cercan el movimiento
necesario de la escritura. La producción teórica de Víctor Silva Echeto forma parte de esas cintas maquínicas: agujerea las disciplinas del pensar, precisamente, para incidir en algunos de los debates
más vigentes y candentes de la actualidad. Su reflexión teórica, en esta ocasión, se centra en la problemática de las identidades
y su vínculo con la interculturalidad como horizonte político. Apenas hace falta decirlo: se trata de una problemática
de suma relevancia no sólo en el campo especializado de las ciencias sociales
sino en el terreno primario de nuestras sociedades contemporáneas.
Contra una visión esencializada
de las identidades, Silva Echeto retoma la noción de la “comunicación
intercultural” para pensar la zona intersticial donde las identidades en
devenir -en su constitución conflictiva, precaria y cambiante- pueden dar lugar a
procesos de negociación simbólica entre sus diferencias. En vez de ceder a
resoluciones unilaterales y autoritarias, la interculturalidad aparece como una
política articulatoria que, lejos de implicar un proceso de uniformización, pone
en juego la producción de terceridades culturales. No se trata, en este sentido,
de la anulación de una política del disenso, sino más bien de la producción de
articulaciones interculturales que permitan ir más allá del “fundamentalismo”
que habitualmente se le atribuye a los otros, así como del “racismo” y la “xenofobia”
que menos habitualmente somos capaces de reconocer en nuestras sociedades,
demasiado propensas a hacer pasar su etnocentrismo como pauta abstracta de universalidad.
Si la actual fase de la
globalización capitalista no hace sino agravar las desigualdades históricas,
repensar las identidades en disputa es una forma estratégica de preguntarse por
la posibilidad misma de la convivencia humana, de la construcción de unos vínculos
sociales que se desplacen del suprematismo ciego en el que parecemos
entrampados o de un relativismo multiculturalista no menos pernicioso. El conflicto de las identidades.
Comunicación e imágenes de la interculturalidad ahonda en esa dirección
decisiva, en la que se juega nuestra actualidad. Al fin de cuentas, lo que en última instancia está en discusión no es otra cosa que el problema
de nuestra responsabilidad ante el otro, esto
es, el problema de la justicia, en tanto irresolución
ético-política de primer orden. Y, lo
sabemos, la máquina de escribir de este intelectual crítico no elude la inminencia
de una sociedad de la catástrofe. En vez de la asepsia del pensamiento
disciplinado y disciplinario, su reflexión sigue aportando herramientas conceptuales
y políticas para quienes no se conforman con sobrevivir en las jaulas del presente.
Arturo Borra
“El tema de la identidad se
encuentra, hoy, en la agenda de investigadores sociales, de políticos, de
artistas, periodistas y hasta de empresarios multinacionales. No es casual que,
en plena crisis socio- económico-política, producto, entre otros fenómenos, de
la globalización se retorne a la valoración de núcleos de pertenencias,
pequeños o amplios. No obstante, muchas de esas narrativas, paradójicamente, en
un mundo abierto, tienden a encerrarse en discursos e imágenes que, desde una
visión binaria, se atrincheran en una posición sobre la identidad como rechazo
al otro o a la diferencia cultural.
Es, por todo lo indicado, que la
comunicación intercultural, propone vías para actuar en diálogo y negociaciones
entre las diferencias, aunque esto no implique anular el conflicto y los
disensos.
En las nuevas formas que adquiere
la estética y sus tensas relaciones con lo político (los disensos), se
subvierten las perspectivas cerradas y monolíticas sobre la identidad. El
entre, los intersticios, los espacios liminales o tercero-espaciales, tensionan
las relaciones binarias y las ponen en cuestionamiento. Las diferencias emergen
desde esos terceros espacios, interrogando los discursos – muchas veces
presente en los medios de comunicación- etnocéntricos que radicalizan el
enfrentamiento entre unos (idénticos) y otros (diferentes). El desafío para la
teoría social y cultural, aún es más, en esta etapa donde la visibilidad
adquiere el esplendor de unas luces mediáticas que de tanto mirarlas pueden
enceguecernos”.
Víctor Silva Echeto, El conflicto de las identidades.
Comunicación e imágenes de la interculturalidad, Bellaterra : Institut de
la Comunicació, Universitat Autònoma de Barcelona, 2013, pag. 87.
Para conocer su blog, aquí.
Victor Silva Echeto es Doctor en Literatura y Comunicación por la Universidad de Sevilla y Magíster en Comunicación por la Universidad Internacional de Andalucía. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la República Oriental del Uruguay (ROU) y en Periodismo por la Universidad de Sevilla, es investigador en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha, y ha sido profesor invitado en la Pontificia Universidad Católica de San Pablo, en la Universidad de la ROU, en la Univ. de Sevilla y en las universidades chilenas de la Frontera de Temuco y Austral de Valdivia. Autor de Comunicación e Información Intercultural y coautor, junto con Rodrigo Browne Sartori, de Escrituras Híbridas y rizomáticas y Antropofagias. Las indisciplinas de la comunicación. Ha publicado numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales de filosofía, comunicación y literatura y participa regularmente en diferentes eventos en el campo de la comunicación y los estudios culturales.
Cierto es que no somos idénticos pero a veces definimos la identidad con las minucias que nos hacen diferentes.
ResponderEliminarUn saludo
Pasé a saludar!
ResponderEliminarUn placer disfrutar tu espacio.
Un abrazo,
Yeli