Después del dramático acontecimiento del 11-S, no sabemos exactamente qué ocurrió. Sin embargo, sí hay indicios y evidencias suficientes para saber que la versión oficial del 11-S es absolutamente insostenible, como ocurrió con tantos otros casos, incluyendo la segunda guerra contra Iraq, acusada de disponer de armas químicas que jamás fueron halladas.
La versión oficial -un atentado terrorista a gran escala perpetrado por cuatro aviones comandados por terroristas que apenas sabían volar, tres de ellos exitosos- es inverosímil por donde se la mire. Teorías de la vaporización, del derrumbe repentino de 3 de las torres del WTC por el calor de las llamas, caída inesperada de un cuarto avión por la lucha entre pasajeros y secuestradores, etc., arrojan una explicación de lo ocurrido que subestima profundamente la capacidad de indagación y contrastación de cualquier persona mínimamente inteligente.
Aunque las incertidumbres son muchas, la tesis de un atentado de falsa bandera -con la incontable colaboración activa de la elite político-militar de la administración Bush (J)- es una alternativa para nada descabellada . Los documentales aquí seleccionados, con testimonios de algunos protagonistas, entrevistas a expertos de diferentes materias y recopilación de distintos estudios técnicos, sugieren esa posibilidad.
¿Hasta cuándo aceptaremos explicaciones completamente incongruentes que sólo se hacen creíbles a fuerza de una incansable repetición mediática? ¿Cuándo exigiremos que se eluciden las responsabilidades del 11-S y podemos conocer a los criminales que lo perpetraron?
¿Hasta cuándo aceptaremos explicaciones completamente incongruentes que sólo se hacen creíbles a fuerza de una incansable repetición mediática? ¿Cuándo exigiremos que se eluciden las responsabilidades del 11-S y podemos conocer a los criminales que lo perpetraron?
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